“Siempre serás quién me convirtió en Madre”
- anac
- 17 ago 2019
- 2 Min. de lectura
Éramos Papá y yo, solos en nuestro mundo. Decidíamos a dónde ir, qué hacer y cuándo hacerlo.
Pasábamos los días haciendo planes en pareja, viajando, saliendo a bailar, desvelándonos y durmiendo hasta tarde.
Un día decidimos que queríamos ser papás. Y comenzamos a prepararnos para la nueva aventura. Y un día llegaste a nuestras vidas, durante esos nueve meses ya había cambiado. Mi alimentación, mi estilo de vida, mi cuerpo, todo había cambiado. Caminaba cada día con miedo, con incertidumbre, con expectativas.
Llenos de ilusión nos preparamos, arreglamos tu cuarto, compramos tus cosas. Preparamos la casa, y nuestras mentes. No pensábamos en otra cosa que no fueras tu y tu llegada. Papá te hablaba desde mi pancita, y recargaba su cabeza en ti. Yo te platicaba todo el tiempo, preparaba mi cuerpo y mi mente.
Y un día llegaste y nos convertiste en papás. Naciste tu, nació Papá y nací yo como mamá aquel sábado.
Y desde entonces, mi mente ha estado ocupada en ti. Mi corazón, mi cuerpo, mi vida entera esta llena de ti.
Hemos disfrutado cada día, cada etapa. Cada logro, cada experiencia.
He experimentado los sentimientos más extraños desde que soy mamá. Los bueno, los malos, los mejores, los peores, los más agridulces, y he aprendido de cada uno de ellos.
Me has inspirado a realizar los mejores proyectos en mi vida.
Y nos hemos dado los más tronados besos y apretados abrazos que dos personas se puedan dar.
Hemos hablado de la vida, del mundo, de la muerte, de la familia, del universo, de nosotros.
Nos hemos dicho millones de te amos, de te quieros, nos hemos dado tantas caricias y miradas.
Hemos cantado canciones, jugado carreras, pintado, bailado y cocinado juntos.
Hemos compartido secretos y llorado juntos.
Nos hemos pedido perdón. Y nos hemos peleado uno con el otro.
Hemos aprendido a estar juntos todos los días con todas sus horas. Porque eres tan parte de mi vida como cualquiera de las partes de mi cuerpo.
Nos decimos siempre lo mucho que nos queremos, que somos nuestros mejores amigos y que siempre estaremos juntos.
Hijo, quiero que sepas que siempre tendrás este lugar en mi vida.
Las cosas pronto cambiarán. Llegará tu hermano a formar parte de nuestra vida y con él nuestro tiempo juntos, nuestra complicidad, nuestros momentos tendrán que cambiar un poco.
Nunca cambiará lo que siento por ti. Nunca olvidaré que fuiste tu quién me enseñó todo lo que se sobre ser madre y nunca dejarás de ser mi solecito de limón.
Quisiera decirte que las cosas serán iguales. Pero no. Las cosas serán diferentes. Diferentes pero mejores. Y al llegar tu hermano, multiplicaremos nuestro amor y sumaremos otro pedacito de corazón a nuestros corazones.
A los dos los amaré siempre. A los dos iguales. Los dos formarán parte de mi y de nuestra vida. Estoy segura que tu lo entenderás y serás capaz de amarlo tanto como papá y yo te amamos a ti.
Nos quedan algunos días antes de su llegada para ser nosotros en nuestros mundo. Y cuando llegue el momento del la llegada de tu hermano a nuestra vida, lo recibiremos con el mismo amor inmenso con el que alguna vez Papá y Mamá te recibimos a ti.
Te amo siempre,
Mamá.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
📸 Ana Elena Fotos

Comentarios